miércoles, 27 de marzo de 2024

Cómo evolucionó la tolerancia social al ajuste, según las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

Recientemente, el presidente Javier Milei planteó que el país tocará piso entre marzo y abril, luego de lo cual comenzaría una mejora, por lo que resulta oportuno ver cómo evolucionó el aguante social al plan de ajuste implementado por su gobierno desde su asunción en diciembre. A fines de enero, la consultora Reale-Dalla Torre (RDT) reportó que 28% de los electores no podía esperar nada para que el actual plan económico comience a dar resultados positivos, lo que configura la primera minoría. Por otro lado, 13,5% aguantaría hasta abril; eso acumula un 41,5% cuya paciencia social estaría agotada al fin del lapso apuntado por el mandatario, perfilando una situación de alto riesgo social. Luego, 16,5% podría tolerar 6 meses y agotaría su paciencia al comenzar el segundo semestre (gráfico arriba). Así, 58% de los electores (un caudal mayor al que votó a Milei en el ballotage) no toleraría más allá de julio. Por otro lado, 33% aguantaría un año o más, lo que se ubica en el mismo orden de magnitud del voto a La Libertad Avanza (LLA) en las primarias de agosto y la primera vuelta de octubre de 2023, alrededor del 30%.   

El análisis por nivel socioeconómico (NSE) revela que 50,6% de la clase baja agotaría su aguante en abril, mientras que casi 40% del nivel medio y 28,2% de la clase alta se encuentran en la misma situación (gráfico arriba). Esto implica que la vulnerabilidad crece conforme baja el NSE.  

A fines de febrero, Taquión también midió el aguante social (gráfico arriba); nuevamente, la primera minoría fue un 27% sin disposición a esperar, casi el mismo resultado que vimos en RDT. Luego, 16% podría tolerar entre 1 y 3 meses, con lo que agotaría su paciencia entre marzo y mayo. Esto acumula 43% de electores que bajaría el pulgar antes del primer semestre. Después, las respuestas se fragmentan en 11% que esperaría entre 3 y 6 meses, 16% entre 6 meses y 1 año, y 30% 1 año o más. Nuevamente, sólo 30% muestra tolerancia a largo plazo, consistente con el voto duro a Milei.  

Este mes de marzo, Proyección Consultores también midió la paciencia social: 35% dijo no estar dispuesto a esperar nada y 13,5% hasta 3 meses. Así, a fines del primer semestre habría 48,5% de los electores cerca de un punto socialmente crítico (gráfico arriba). Por otro lado, 14,4% toleraría de 3 a 6 meses (no más allá de la llegada de la primavera), casi 20% entre 6 meses y un año y 17,3% más de un año. En este caso, el umbral de alto riesgo social se ubicaría al terminar el invierno, cuando casi 63% de los argentinos habría agotado su tolerancia.  

Consultora Delfos también midió la variable en marzo: nuevamente, 35% dijo no tener margen para esperar, mientras que 12% dio un plazo de 1 a 3 meses. Así, 47% agotaría su paciencia al fin del primer semestre (gráfico arriba). Por otro lado, 10% toleraría de 3 a 6 meses (no más allá del fin del invierno), casi 20% entre 14 meses y un año, y 20% más de un año. En este caso, el umbral crítico se ubicaría al terminar la primavera para 57% de los argentinos.  

Más allá de los matices, los datos de estas 4 encuestas nacionales convergen en plantear dos plazos críticos para Milei: 1) el primero se ubica entre abril y mayo, cuando un promedio de 38% de los electores agotaría su tolerancia; este es el núcleo duro de resistencia al gobierno, que resulta consistente con el voto a Unión por la Patria en la primera vuelta presidencial de octubre (casi 37%) y que también coincide con la proporción de electores que cree que el presidente no podrá finalizar sus 4 años de gobierno, como reportó Giacobbe a fines de enero pasado (gráfico arriba).  Luego, aun si sortea este umbral, aparece un segundo plazo crítico: 2) entre julio y agosto, cuando el aguante se agotaría para más de la mitad de los argentinos y ya no sólo para los opositores intensos, configurando una situación de altísimo riesgo social. En este proceso, intervienen elementos que pueden funcionar como aceleradores de la crisis versus otros que pueden ser amortiguadores. Los principales aceleradores son responsabilidad del oficialismo: un ajuste que sigue adelante más allá de los reveses legislativos (mega decreto de necesidad y urgencia en zona de riesgo y proyecto de ley Bases demorado), aumentos de tarifas, despidos en la planta de empleados estatales y paralización de la obra pública (de alto impacto en el sector construcción). Del lado opositor, el principal acelerador es la protesta social, que podría desembocar en el segundo paro general nacional contra la gestión Milei en abril. En términos de amortiguadores, hay poco: una desaceleración inflacionaria aún por verse (es probable que la suba de precios de marzo sea similar o incluso superior a la de febrero) y algunas medidas paliativas, como el programa de vouchers educativos para padres o tutores con hijos en colegios privados subvencionados por el Estado nacional, la extensión de los plazos de registración en la SUBE para demorar el impacto del aumento del transporte público y un plan de entrega gratuita de medicamentos entre afiliados al PAMI.

miércoles, 20 de marzo de 2024

100 días de gobierno: demanda de consenso, Pacto de Mayo y DNU, según las últimas encuestas nacionales (nota publicada en CBA24N)

El rechazo del Senado al mega decreto de necesidad y urgencia (DNU) dictado por el presidente Javier Milei amerita un repaso por la demanda de consenso según las encuestas, como marco contextual de la convocatoria al “Pacto de Mayo” y el debate del DNU que se viene en la Cámara de Diputados cuando el oficialismo acaba de cumplir  100 días de gestión. En febrero, consultora Analogías reportó que 53,3% de los electores creen que el gobierno nacional debe acordar con otras fuerzas políticas y con los gobernadores para sacar adelante leyes en el Congreso, lo que duplica a la proporción que piensa lo contrario (gráfico arriba). Profundizando el análisis, se observa que ese consenso mayoritario es transversal por género, edad y nivel educativo.  

Consistente con eso, según Analogías casi 49% valora de manera positiva el consenso, lo que más que duplica a quienes tienen una mirada negativa (gráfico arriba). Al mismo tiempo, 46,3% espera que el Congreso sirva como freno al presidente (gráfico abajo), lo que confirma las preferencias por el debate parlamentario por encima de quienes avalan que el Poder Ejecutivo “legisle” vía DNU.  

La última medición de consultora Opina detectó una mayoría aún más robusta en torno al consenso: 58% prefiere que Milei negocie y busque acuerdos con la oposición, lo que supera por 21 puntos porcentuales a quienes están a favor de que imponga sus ideas y agenda de gobierno (gráfico abajo). Si bien el panorama en febrero era más desfavorable al oficialismo, el saldo es contundente a favor de la vía consensual. 

Según Opina, la demanda de actitud negociadora también aplica a la oposición: 58% cree que debe colaborar con el presidente y permitirle aplicar su programa económico. Sin embargo, hay una alerta para el oficialismo en el evolutivo: con respecto al inicio de su gestión, la postura a favor de que la oposición bloquee al gobierno creció 7 puntos porcentuales y ronda el 40% (gráfico abajo).   

En su discurso de apertura de sesiones del Congreso el 1 de marzo, Milei pareció ensayar una  apertura negociadora al convocar a los gobernadores a un pacto el 25 de mayo. Sin embargo, según la última medición de Proyección Consultores, los electores no están muy convencidos: 45,2% interpreta que el presidente busca imponer su postura, lo que supera por 6,6 pp a quienes creen que apunta a generar diálogo y consenso (gráfico abajo).   

En cuanto a sus posibilidades de éxito, las opiniones están divididas: según la última encuesta de consultora Explanans, una primera minoría de 33,4% cree que será un éxito, lo que se ubica en el orden de magnitud del voto a Milei en las primarias de agosto y en octubre (30%); por otro lado, 27,3% lo ve como una forma de ganar tiempo, mientras que un 31% de pesimistas opinan que fracasará, aunque con matices en su mirada (19,1% lo ve como una mala idea y casi 12% como buena; gráfico abajo).   

Por otro lado, el último monitoreo de redes que realizó Scidata sobre el sentimiento social en torno al DNU arrojó una negatividad de casi 54% vs una positividad de 46,1% (gráfico abajo). El saldo desfavorable es de casi 8 pp; esto muestra que el territorio de las redes (que durante mucho tiempo jugó a favor de Milei) ya no tracciona de la misma manera.  

Consistente con eso, el mismo informe reportó una negatividad de casi 66% vs una positividad de 34,2% en la reputación digital de Milei (gráfico abajo). Con un saldo desfavorable de 31,6 pp, el aval al presidente se ubica 21,4 pp por debajo del 55,6% que lo consagró en el ballotage. 

En conclusión, mientras el presidente no transmita una voluntad clara de construir consenso, el panorama negativo instalado en el clima social resultará muy difícil de revertir, dado que su decisionismo se articula con un ajuste que erosiona su capital político. Dadas estas tendencias, si la Cámara de Diputados atendiera la demanda social debería votar en el mismo sentido que el Senado: según la última encuesta de Zuban Córdoba, 56,3% se pronuncia por el rechazo al DNU, vs 41,4% que se inclina por la aprobación (gráfico abajo).  

miércoles, 13 de marzo de 2024

Cómo evolucionó la confianza en Milei a nivel país y en Córdoba (nota publicada en CBA24N)

El presidente Javier Milei declaró que en abril el país “tocará fondo” en el actual proceso de ajuste, por lo que será clave monitorear los indicadores en ese momento bisagra. Mientras tanto, es oportuno repasar cómo evolucionó la variable confianza desde el cambio de gobierno. Según consultora Opinaia, la confianza en que Milei pudiera estabilizar la economía era del 53% apenas asumió (sumatoria de mucha + bastante) y se ubicaba en el mismo orden de magnitud de su voto en el ballotage de noviembre (55,6%). En tanto, la desconfianza (poca + ninguna) alcanzaba 39%, en el orden de magnitud del voto a Sergio Massa en la primera vuelta (casi 37%). Desde entonces, en cada medición la confianza fue a la baja, al punto que en la encuesta de febrero quedó 2 puntos porcentuales (pp) por debajo de la desconfianza: 47% a 49%, respectivamente (gráfico arriba).  

A fines de febrero, Zuban Córdoba reportó que la confianza en una mejora de la economía rozaba el 45%, vs una desconfianza de 54,5% (gráfico arriba). El saldo desfavorable es de 9,6 pp e invierte el resultado del ballotage en sentido contrario a Milei. Consistente con eso, el mismo informe arrojó que el gobierno ya perdía el “mano a mano” con su predecesor: casi 51% adjudicaba la mala situación económica del país al tándem Milei-Caputo, vs 47% que la asociaba a Fernández-Massa (gráfico abajo). Desde la asunción, la atribución de responsabilidades a la actual gestión casi se duplicó, mientras que la del gobierno anterior perforó el umbral del 50%.  

En enero, Pulso Social midió la variable en la provincia de Córdoba, donde 74,05% de los electores votó al libertario en segunda vuelta, vs 25,95% que eligió a Massa: la suma de mucha + algo confianza trepó a 60%, contra una desconfianza de 39% (gráfico abajo). La positiva, si bien alta, era menor al caudal que lo votó, en tanto que la desconfianza superaba en casi 15 pp al caudal de Massa.  

En febrero, Pulso Social volvió a medir: la suma de mucha + algo confianza bajó 2 pp, que se transfirieron a la desconfianza (41%; gráfico abajo). Como se advierte, aun con matices, la tendencia también es declinante, tal como se aprecia en la serie evolutiva de Opinaia a nivel país.  

Si pasamos de la confianza en materia económica a la confianza política, el resultado es aún más adverso a Milei: en enero, Circuitos reportó que 42,5% de los electores tenía mucha confianza en su liderazgo en esta etapa, casi 13% tenía poca confianza y casi 39% no tenía confianza (gráfico abajo).  

Como se ve, en ese momento la desconfianza replicaba, con apenas matices, el voto a Massa en primera vuelta, mientras que la confianza intensa se ubicaba en 42,5%, 13,1 pp por debajo del voto a Milei en noviembre pasado. En febrero, descendió casi 6 pp y se ubicó en 36,6%, básicamente por un crecimiento de la incertidumbre expresada en el “no sabe” (gráfico abajo).  

Finalmente, el enfrentamiento con las provincias en febrero puso a Milei al borde de perder otro “mano a mano”: el informe de Zuban Córdoba reportó un empate técnico entre la confianza generada por el presidente vs la de los gobernadores, 44,4% a 44,3% (gráfico abajo).   

Esto confirma lo que aseveramos en una nota anterior (*) y permite ampliar el análisis: 1) el presidente viene perdiendo capital político 2) su legitimidad de ejercicio muestra una brecha significativa con su legitimidad de origen 3) Milei comete un error al plantear su legitimidad de origen como fundamento de programa, porque los gobernadores también cuentan con la legitimidad de origen por la que fueron electos 4) la confianza en su capacidad para mejorar la economía y para liderar políticamente también muestran tendencias declinantes. 

viernes, 8 de marzo de 2024

Pacto de Mayo y reconfiguración de la oposición al Gobierno Nacional, según las últimas encuestas (nota publicada en CBA24N)

Luego del enfrentamiento con los gobernadores (ver nota anterior en este espacio) y cuando las encuestas muestran que la imagen positiva de la gestión presidencial viene en baja y ronda el 42% según las últimas mediciones nacionales de las consultoras Delfos (gráfico arriba) y Circuitos (gráfico abajo), Javier Milei llamó a los mandatarios provinciales a suscribir el “Pacto del 25 de Mayo” y los convocó desde este viernes 8 de marzo. En este marco, una valoración favorable que se ubica 13,6 puntos porcentuales por debajo del 55,6% que lo consagró presidente en el ballotage es un dato clave para perfilar escenarios a una semana de la apertura de sesiones ordinarias del Congreso el 1M y a dos días de que se cumplan 3 meses de gobierno.  

El monitoreo de redes sociales que Scidata realizó entre el 1 y el 2 de marzo arrojó un sentimiento de conversación en redes con 82,5% de menciones positivas vs 17,5% de negativas respecto al “Pacto del 25 de Mayo” (gráfico abajo).   

Se trata de un dato auspicioso, consistente con una opinión pública mayoritaria (53,3%) que cree que Milei debe hacer acuerdos con otras fuerzas y con los gobernadores para lograr la aprobación de leyes en el Congreso, según la última medición de Analogías (gráfico abajo).  

Sin embargo, construir consenso implica algo diferente al “pacto de adhesión” que Milei impulsa y que implica, básicamente, alivio fiscal a las provincias a cambio de la aprobación de su programa: votar el proyecto de ley “Bases” y avalar el mega decreto de necesidad y urgencia (la primera cayó hace un mes, y el segundo corre el mismo riesgo en la Cámara de Senadores). Según Circuitos, la opinión pública está dividida respecto al paquete de medidas: 40,6% acuerda y 44,5% no acuerda (gráfico abajo); la tendencia es cercana a un empate técnico, pero perfila una primera minoría en contra que fideliza el voto obtenido por Sergio Massa en el ballotage de noviembre de 2023, mientras que el apoyo se ubica en el mismo orden de magnitud de la imagen positiva de la gestión presidencial, lejos del casi 56% que Milei sumó en aquella instancia.  

Así, con un capital político en baja a casi tres meses de asumir, el presidente tiene que remontar la desconfianza que detonó el conflicto con los gobernadores en plena reconfiguración del mapa opositor. El resultado de las elecciones 2023 ubicó en la primera línea de la oposición a Axel Kiciloff, gobernador reelecto de manera contundente en provincia de Buenos Aires (PBA), el distrito de mayor peso electoral del país. Segundo se ubicó el candidato presidencial de Unión por la Patria (UP), Massa. La primera encuesta realizada en la transición por CB Consultora reportó a Kicillof como líder opositor (32,4%), mientras que el ex ministro de Economía y la ex presidenta Cristina Fernández (con 11% y 9,3% respectivamente) cerraban el podio (gráfico arriba). Como dato fuerte, casi 29% dijo “no sé”, marcando el espacio para el surgimiento de un nuevo liderazgo opositor capaz de capitalizar el descontento con el oficialismo.  

En enero pasado, consultora Opinaia volvió a medir el tema: nuevamente, Kicillof se ubicó primero (19%) con una leve ventaja de 3 puntos porcentuales sobre CFK, quien a su vez estaba en empate técnico con Massa (16% a 13%, respectivamente; gráfico abajo).

En enero, Analogías no midió figuras sino fuerzas opositoras: el resultado ratificó al peronismo como dominante, con 55% de las respuestas; las demás opciones se ubicaron individualmente por debajo del 10% y casi 24% no supo responder (gráfico abajo).  

En febrero, la reaparición de CFK con un documento crítico sobre Milei la reposicionó fuerte en redes sociales: en ese momento, Taquión la ubicó segunda en la percepción de liderazgo opositor, por encima de Massa, con un dato clave: casi 31% respondió “nadie” (gráfico abajo). Más allá de matices en las cifras, Kicillof y Massa picaron en punta como figuras opositoras mientras que el peronismo fue la fuerza política que más capitalizó esa condición; en promedio, casi un tercio del electorado no identificó una referencia, abriendo una ventana de oportunidad para la emergencia de nuevas figuras.

El conflicto Milei versus gobernadores confirmó esa oportunidad; luego de esa disputa, la encuesta de Circuitos confirmó que Massa y Kicillof disputan el liderazgo opositor, pero arrojó una novedad: el gobernador de la provincia de Chubut, Ignacio Torres, con 11,2% de las respuestas, ingresó en el pelotón, en paridad con Guillermo Moreno y CFK (gráfico abajo).  

En síntesis: 1) en la grilla opositora, el peronismo como fuerza junto a Kicillof, Massa y CFK como figuras son las principales referencias 2) hay espacio para novedades políticas a partir de la nueva grieta Nación vs provincias, pero la coyuntura demanda posicionamientos firmes ante el oficialismo, como el que instaló a Torres en el escenario nacional 3) después de la caída del proyecto “Bases”, el presidente redobló la apuesta, por lo que una oposición “aceleracionista” (como la que encarnó la CGT al convocar el primer paro nacional al día 45 de gestión) puede sacar ventaja frente a quienes elijan una estrategia más “gradualista” o “tiempista” 4) para tener éxito, la convocatoria al “Pacto de Mayo” debe generar un proceso de construcción de consenso; si Milei insiste en buscar un cheque en blanco, será difícil desandar el sendero de desconfianza que construyó en sus dos primeros meses de gestión y el conflicto de intereses hará inviable un acuerdo.